El vino que recuperamos
La Casa Museo del Vino permite que nos adentremos en el conocimiento sensorial de lo que es una actividad con siglos de tradición, que en el siglo XX parecía que iba a desaparecer y ha vuelto a renacer al amparo, primero, de la recuperación de los vinos de la comarca Monte Lentiscal, y después a nivel insular con una Denominación de Origen Gran Canaria que certifica origen y calidad. Con tasca y tienda entre sus servicios, aquí se pueden degustar y adquirir los caldos que elabora la isla.
El micro-clima de la zona, con la frescura de los vientos alisios y las lluvias periódicas, la cercanía al Atlántico y la altitud en que se encuentra el municipio, unido a la fertilidad del suelo volcánico, que impide grandes variaciones de temperatura, aportan al vino unas propiedades características. En la zona se cultivan distintas variedades de uva singulares, siendo la Listán negra, Baboso Negro, Vijariego, entre otras, las más usadas para la elaboración de vinos tintos, y la Listán blanca y la Malvasía para los blancos. El vino canario que se elabora no llega al proceso de crianza, por lo que en el mercado se encuentran generalmente vinos jóvenes.
En noviembre de 1999 se obtuvo la D.O. Monte Lentiscal. Posteriormente fue incluida, en enero de 2005, en la D.O. Gran Canaria, manteniendo en la etiqueta el nombre “Monte Lentiscal”. La Villa de Santa Brígida alberga la sede de la DO “Gran Canaria”, un espacio acogedor donde visitar el Museo del Vino y saborear los diferentes caldos de la isla.